Se fue mayo, casi acaba junio y en mi vida no solo ha llovido, han sido lluvias torrenciales. Llueve y no escampa. Estos meses, las situaciones familiares se han tornado complicadas y el efecto en mi salud, sobre todo, con la Fibromialgia me han llevado a estar de “crisis” en “crisis”. Definitivamente, el estrés que provocan las relaciones tensas entre familia, a mí, me pasan factura. Muy alta factura por cierto. ¡Que me ha llegado a doler desde la punta del pelo al dedo gordo del pie! Que tengo esta espalda que no aguanta la inflamación, que se me ha activado el asma, las alergias. Que tengo los intestinos revueltos. Que la Fibromialgia anda haciendo estragos en mi, pero pasara, pues todo pasa con el tiempo.
¡Cuán complicadas se pueden tornar las relaciones con la familia de
origen, uffff!!!! ¿Alguien puede decirme si puedo amputar de
mi vida esa parte? ¿Me puede adoptar otra familia en la que yo pueda encajar?
Esto lo digo, porque el problema familiar aparentemente soy yo, pues
alguien tiene que cargar con la culpa, pagar los platos rotos, en fin,
cualquiera que no sea quien hace los señalamientos. En mi familia de origen, me ha tocado a mí. Chivo expiatorio.
¿Qué por qué me ha tocado a mí? Pues es bien sencillo, porque yo soy la
que me medico con fármacos psiquiátricos que alteran mis emociones y reacciones.
¡Vaya, vaya! Menos mal que ya hace mucho tiempo no vivo en ese lugar de origen. Que
apenas tengo relación con ellos. Que
hace mucho, mucho tiempo, me aleje e inicié una vida nueva, lejos de “la locura
familiar”. En aquel tiempo en que me alejé, aún no tenía diagnóstico de
Fibromialgia y NO tomaba ningún tipo de medicación, pero me alejé por mi propio
bienestar y el de mis hijos ¡Qué bien!
Aunque…, ahora que lo recuerdo, desde niña, tuve episodios fibromiálgicos
inexplicables en aquel entonces. Dolores que venían y se iban, que me daban en
distintas partes del cuerpo, aunque se acentuaban en una de mis piernas. En
la adolescencia, me dio una extraña y muy rara condición del esófago, más aún
para la edad que tenía. Condición de la que, al final, me operaron. Bueno, que sospecho que nací con
Fibromialgia y que lo he ido descubriendo a través del tiempo, o tal vez NO.
Tal vez me llegó luego. No se sabe a ciencia cierta cómo es que llega la
Fibromialgia a nuestras vidas. Hay tantas y tantas teorías. Sin embargo, sé con certeza, que el “torbellino” que se vivía en aquella familia
de origen, también afectaba la “fibromialgia aún no reconocida en mí”.
Vuelvo al tema. Que me fui de
esa familia de origen y puse buena distancia para criar a mis hijos con nuevos
modelos y nuevas formas de relacionarme con ellos y que se relacionasen entre
ellos. Hoy, doy gracias a la vida por haber tomado tal decisión. Mis hijos
tienen conmigo, entre ellos, con sus parejas y con sus hijos una forma muy
distinta de interactuar. Se respeta la unicidad de cada cual, la diversidad de
opiniones. Se expresa el amor de múltiples y variadas formas. Se afrontan los
problemas para buscar soluciones. Se aprende de los problemas porque son parte
de la vida misma.
Ya ahora, en mi adultez y luego de mucho tiempo dando tumbos, tengo una
pareja excepcional a quien conocí teniendo el diagnóstico de la Fibromialgia. Mi esposo se ha encargado de aprender lo que
significa e implica esta condición, mis hijos también. Mis nietos lo están aprendiendo porque sus
padres se lo están enseñando: “abu tiene dolor aquí o allá”, “abu está mayor y
es normal que esté cansada”…. Mi
esposo, mis hijos y mis nietos son mi mayor refugio cuando llegan estas
"tormentas desde la familia de origen, cargadas con rayos, truenos y centellas". Llegan cual
viento que los arrastrase a mi vida, por más lejos que yo me vaya de ellos. Y ¿para qué?
Pues para darme cuenta de donde salí y agradecer que, pude
ESCOGER otra forma de afrontar la vida. Para reconocer que así como ocurre en la naturaleza, que después de la
tempestad, llega la calma; lo mismo ocurre en nuestras vidas, lo mismo ocurre con mis episodios y
exacerbaciones fibromiálgicas, lo mismo ocurre con mi cansancio físico, mental
y emocional. Las tormentas son parte
del ciclo de “limpieza” que hace la propia naturaleza. Las lluvias de mayo y junio, han sido solo un ciclo más para continuar “limpiando”
mi casa, mi cuerpo, toda yo, desde mi punto de partida en esta vida que me ha tocado vivir.
Me ha llenado de fortaleza leer esto justamente hoy, que ha sido uno de los días mas difíciles desde que me diagnosticaron la fibromialgia, hoy he sentido mas dolor y mas cansancio que cualquier otro día de mi vida, no me he querdido mover de mi habitación. espero que mañana la tormenta haya pasado. buenas noches
ResponderEliminarGracias por compatir tu sentir Yina. Yo tambien deseo que la tormenta pase para ti. Si no pasa hoy, sera manana, pero PASARA!!! Mientras, recibe un fuerte abrazote de algodon!!!
EliminarHola soy Marcia y recien descubrí este interesante blog que refleja lo que he vivido por muchos años con esta enfermedad. Comprendo y entiendo tu sentir a la perfección. Oremos a Dios por que en los días venideros el sol salga y brille con intensidad e ilumine nuestro paseo en esta vida sobrellevando de la mejor manera a esta enfermedad.
ResponderEliminarHola soy Marcia y recien descubrí este interesante blog que refleja lo que he vivido por muchos años con esta enfermedad. Comprendo y entiendo tu sentir a la perfección. Oremos a Dios por que en los días venideros el sol salga y brille con intensidad e ilumine nuestro paseo en esta vida sobrellevando de la mejor manera a esta enfermedad.
ResponderEliminarHola, soy Marcia y recien encontré este interesante blog. Padezco de Fibromialgia desde hace mas de 28 años. Entiendo tu sentir a la perfección. Oremos a Dios por que en los días venideros el sol brille con intensidad e ilumine nuestro espíritu para sobrellevar esta enfermedad.
ResponderEliminarSaludos Marcia. Gracias por tus palabras y por leer este blog. Recibe abrazotes de algodon!!!
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