¡Qué complicados podemos llegar a
ser! Yo me asombro de los líos que me hago yo misma en mi cabeza cuando dejo
suelta a la loca de la azotea. ¡Madre mía!
Reconozco cómo la fibromialgia ha ido condicionando mi vida e intento no
pensar en todas las cosas que a causa de ella he tenido que cambiar o ir
dejando en el camino. He tratado de ir
sustituyendo lo que voy dejando por nuevos intereses más acordes con mi nueva
situación, pero la parte afectiva-emocional, esa, que difícil es de
sobrellevarla.
¡Las pérdidas! ¡Ay! Me cuesta
asumirlas. De un tiempo a esta parte he tenido pérdidas muy significativas en
mi vida, aunque trato de no pensar en ello porque ya no hay remedio. Sin
embargo, el no atender adecuadamente lo que esas pérdidas han significado y los
sentimientos que me han generado, se ha
convertido en caldo de cultivo para que afloren miedos que pueden llegar a ser
en extremo absurdos o peor aún, dañinos.
El miedo en ocasiones se apodera
de mí y me hace cometer actos imprudentes.
Luego viene la culpa y el arrepentimiento. ¡Ay Dios, pero que disparate he hecho!
Me vuelvo una maraña de emociones encontradas y me enjuicio severamente
por mis meteduras de pata ante mis actos torpes por causa de mis temores a
seguir experimentando pérdidas. ¿Me
entienden? ¿Complicado, no?
Todo ello me hace pensar que
muchas veces soy mi peor enemiga. Que
veo cosas donde no las hay. Que por ello me equivoco. Combino muy bien mi boca
con la pata y luego no sé cómo desenredar el entuerto que he creado por esa mala combinación del
miedo, boca y pata. En fin, hoy es otro de esos días en que me tengo que
coger con calma y seguir aprendiendo de mis errores, con propósito de
enmienda. Ya metí la pata.
¿Qué debo aprender en esta ocasión?
Que el miedo nunca ha sido buen consejero.
¡A ver si logro aprenderlo bien de una vez!
¿Qué debo aprender en esta ocasión?
Que el miedo nunca ha sido buen consejero.
¡A ver si logro aprenderlo bien de una vez!
¡Pa’lante! Seguimos.
A mí a veces me viene el miedo por el futuro. Pero no dejo que eso me anule ni me deje sin ganas de vivir.
ResponderEliminarAdelante!
El peor enemigo que podemos tener es nuestro pensamiento. Siempre imaginamos cosas que seguramente no sucederán nunca, y nos hacemos daño pensando en forma negativa. Creo que tener miedo es válido, porque forma parte de nuestro instinto de supervivencia. Me identifiqué con tus forma de sentir. La vida es un constante aprendizaje.
ResponderEliminarPues que suerte tienes ...yo estoy cansada de estar cansada....de tener dolor ...
ResponderEliminarLa sensación de tener todo el pescado vendido ..que aqui ya lo tengo todo hecho y no es miedo es realidad...:(
Me siento totalmente como tú. Además estoy cansada de sentir que no atiendo como quisiera a mis hijos de 11 y 6 años.se me hace muy difícil ser optimista...
EliminarTe entiendo. No tengo fibromialgia, pero a mi se me dio chikungunya y es muy ruin. ¡Estoy con dolores hacen 10 meses! Pero yo estoy feliz con la vida, y además me voy para KW (Key West) mañana. La vida es una fiesta, solo tienes que saber apreciarla! Besitos venezolanos
ResponderEliminar