jueves, 24 de julio de 2014

VACACIONES Y LA FIBRO QUE ATACA, UUFFFF!!!


Hola lectores/as. Ya estoy de regreso en casa luego de un viaje vacacional por México. País que encontré precioso por sus contrastes: sierra, costa, desarrollo urbano, barrios muy humildes, indígenas que luchan por sus derechos y sus tierras, políticos corruptos (creo que es un mal de estos tiempos), gente encantadora y gentil con el visitante, iglesias con tanto arte como en cualquier museo, tapones (atascos, embotellamientos) infinitos, comida muy variada aunque ¡toda picante!!! (Aunque se puede pedir sin pique también) Comimos refritos (habichuelas majadas) de desayuno, almuerzo y cena. Es típico. 
 
Mi esposo, los consuegros y yo nos sentimos muy seguros caminando por el DF y por algunos pueblos en los que tuvimos tiempo para pasear por nuestra cuenta.  En el DF (la capital) estuvimos varios días por nuestra cuenta antes de unirnos a la excursión guiada que habíamos separado para recorrer el país en un autobús turístico. El DF tiene hermosas plazas aptas para caminar y la zona turística –principalmente las avenidas Reforma e Insurgentes- son muy atractivas, llenas de comercios, oficinas y tal gentío a cualquier hora que a mí que vengo de una isla cuya capital tiene solo 400,000 habitantes, me abrumaba ver tanta gente en una capital que cuenta con once millones.
 
Todos los lugares que visitamos en la excursión fueron de mucho interés turístico aunque principalmente cultural.  Hicimos un recorrido denominado como precolombino en el que conocimos los lugares en los que vivieron los habitantes de la península: Olmecas, Mixecas, Mayas, Aztecas, Tzezal,… ¡INTERESANTISIMO!  Mucho más lo fue el descubrir tantas ciudades precolombinas con un gran desarrollo para la época en la que se les sitúa. Y pensar que muchos en América creemos que la sociedad (la organización social que conocemos) llegó con los españoles, ¡cuánto desconocimiento tenemos de nuestra propia historia!
 
Lo único malo para mí fue la paliza que me di en los viajes obligatorios que había que hacer para desplazarnos de un lugar a otro. Pasaba entre 4 a 5 horas en un autobús –que aunque tenía asientos cómodos- no lo eran para mí y mi condición de discos herniados en cuello y área lumbar. Tampoco para mi fibromialgia o cansancio crónico que se activaron y los últimos dos días de viaje me los pase durmiendo en el asiento posterior. Apenas me podía mover, el dolor era insoportable y el agotamiento casi me impedía ponerme en pie. Fue horroroso y vergonzoso porque la gente se sorprende cuando no saben lo que me ocurre. 
 
Éramos un grupo pequeño de 14 personas incluyendo al guía y el chofer.  El día antes del viaje de regreso me la pase en cama y bebiendo tanto medicamento para ayudar a mi cuerpo a recuperarse con rapidez que me dieron diarreas y fue peor.  Qué mal me lo pasé ese día, el dolor era horroroso, pensé que tendría que ir a un hospital y además posponer el regreso –lo que no deseaba porque anhelaba llegar a casa a tirarme en mi cama y a esperar a que mi cuerpo se fuese recuperando-.  Realmente abusé de mis fuerzas, como me suele pasar, pues me pienso que estoy bien, normal, como lo estuve antes de tener fibromialgia o cansancio crónico o lo que sea que tengo.  
 
Cuando digo abusar no piensen que me maté caminando, subiendo y bajando pirámides o haciendo deportes extremos, NADA que ver.  El solo hecho de estar en pie cada día al amanecer para coger carretera y el hacer los recorridos más sencillos que podía en cada lugar que visitamos fue lo suficiente para “tumbar” mi sistema.  Fue una excursión de 10 días y me hizo darme cuenta que ya no puedo hacer ese tipo de viajes. Algo más que debo dejar de lado por causa de esta condición de salud que insiste en robarme las cosas que más disfruto en la vida, como lo es el viajar.  Así es que ADIOS a las excursiones guiadas tan largas.  Posiblemente digo adiós a toda excursión guiada si conlleva muchas horas de desplazamiento de un lugar a otro porque mi espalda no lo tolera y me pasa factura.
 

De todos modos, deseamos volver a México. Lo haremos a mi ritmo, con espacios para descansos que me permitan recuperarme y entonces poder continuar. Queremos tener más tiempo para explorar toda la riqueza cultural que tiene el Distrito Federal (la capital) con tantos museos de gran interés, para ver algún espectáculo en su bello Centro de Bellas Artes o visitar sus iglesias llenas de sincretismo religioso. Deseamos  conocer los pueblos al norte del DF –Monterrey, Guadalajara, Cuernavaca, Taxco-  y volver a Chiapas, lugar de donde es oriunda la nuera de mi esposo para compartir con su familia.  Me gustaría tirarme en la arena cálida de Playa del Carmen en la península de Yucatán. Ya lo haremos por nuestra cuenta y a nuestro ritmo –más bien al mío, ¡porque mi esposo es un roble!!! Tiene tanta energía y vitalidad que me apena el ver cómo tiene que reducir sus revoluciones para poder ir a mi paso. 
 
No quiero saber de excursiones guiadas –que no son malas, que conste. Es que ya no me puedo ajustar a ellas- Tampoco quiero volver a montarme en un autobús turístico en mucho, mucho tiempo, ¡ufffff! Pero ¿saben qué?  La Fibromialgia, el cansancio crónico o lo que sea que me ataca NO me va a quitar las ganas de seguir viajando y de seguir disfrutandome la vida. Asi tenga que andar con un mini hospital ambulante con cuanta pastilla, medicamento, parcho o lo que necesite para poder continuar adelante con mis aventuras. Me niego a que me robe las cosas buenas de la vida.  ¡NO, NO y NO!!! ¡Yo me adapto!  
 
A los que temen visitar México por todo lo negativo que se cuenta de ese país, sepan que como en cualquier país hay criminalidad pero yo personalmente me sentí más segura allí que en muchos lugares de mi bello Puerto Rico. Allí me animé a caminar en la noche cosa que en San Juan, mi ciudad –fuera del área turística- no me atrevo a hacer.  Es como en cualquier otra ciudad o país donde fluye el turismo, siempre hay que tomar precauciones con los objetos de valor, con el dinero, tarjetas de crédito guardados en lugares seguros. Caminar por lugares concurridos y orientarse bien sobre las zonas que se pueden visitar sin temor.  Así es que anímense a visitar México, es un país hermosísimo y diverso que no les defraudará.


 Yo, con todo el dolor y el cansancio extremo, ME LO DISFRUTE!  Ya tendré ahora tiempo para volver a recuperarme, pero NADIE ME QUITA LO BAILA'O.

Puedes leer otras historias si oprimes aqui: http://fibromialgiablog.blogspot.com/
 

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